¿Vale la pena estudiar idiomas?

¿Vale la pena estudiar idiomas?

Jun 16, 2017

Por: Lucía Benavides

 

Estudiar un idioma es como recolectar stickers para ganarte una maleta en el supermercado. Es divertido recolectar los stickers y pegarlos de forma ordenada en el papel de la promoción. Es emocionante ver tu progreso cada vez que vas al supermercado, sentir que te acercas cada vez más al cuadrado número 100 y a la ansiada maleta. A veces hasta es un tema relativamente interesante para comentar con tus amigos y conocidos. Pero la verdad es que tener 99 stickers no sirve de mucho. Necesitas 100 para conseguir la maleta.

 

¿Qué pasa chi no hablo nada?

Cuando estaba en la universidad empecé a estudiar chino mandarín. Me gustaba contar la cantidad de caracteres que aprendía. Me emocionaba terminar un libro de ejercicios y empezar el siguiente. Fue lo máximo dejar los libros de principiante y empezar con mi libro de chino mandarín nivel intermedio.

Pero después de seis meses en China y dos años de clases particulares, con las justas puedo tener conversaciones básicas en mandarín. Tantos años de esfuerzo y dedicación se han reducido a una curiosidad, a un dato interesante que comento a veces en reuniones con amigos o en entrevistas de trabajo. No puedo comunicarme bien en chino. Nunca llegué a recolectar suficientesstickers para ganar una maleta.

“Los primeros diez años estudiando chino son los más difíciles”, me dijo uno de mis profesores. De haberlo sabido antes, probablemente no hubiera empezado a estudiar mandarín. Es demasiado tiempo, es demasiado esfuerzo, y hay demasiadas otras cosas que quiero aprender.

Pensar antes de estudiar

Estudiar idiomas es divertido y tiene beneficios cognitivos más allá de la posibilidad de comunicarte en otro idioma. Algunos estudios señalan que ser bilingüe mejora las funciones ejecutivas y la memoria en niños, y que puede contribuir a aplazar el comienzo del alzheimer. Sin embargo, no tenemos todo el tiempo del mundo. Hay muchas cosas que podríamos aprender que también nos gustarían y nos ayudarían a diferenciarnos en el mercado laboral.

Cuando decidimos empezar a estudiar un idioma debemos tener claro:

  • ¿Cuánto nos va a servir este idioma?
  • ¿Cuánto tiempo, esfuerzo y dinero nos costará aprender este idioma?
  • ¿Estamos dispuestos a estudiar hasta poder comunicarnos bien?

En mi caso particular, el mandarín podría servirme mucho. La China es hoy una de las economías más trascendentales del mundo, y uno de nuestros socios comerciales más importantes. Aunque muchos chinos saben inglés, como casi todas las personas, son mucho más simpáticos cuando les hablas en su idioma.

El problema es que el mandarín es uno de los idiomas más difíciles de aprender. El Instituto de Servicio Extranjero ha desarrollado un ranking de dificultad para aprender distintos idiomas. Está basado en el inglés, pero dada la similitud entre ambos idiomas, es útil también para los hispanohablantes. El chino mandarín está en la quinta categoría – los idiomas que son excepcionalmente difíciles para los angloparlantes. Hoy estudio portugués, que está en la primera categoría –idiomas muy relacionados al inglés–. En menos de dos años, ya leo libros en portugués y me comunico relativamente bien.

To learn or to learn

La excepción a la regla es el inglés. Aprender inglés ya no es una opción; es necesario. En su libro Usted S.A., Inés Temple define el dominio del inglés (y la tecnología) como uno de los tres elementos claves paras ser competentes y competitivos en el mercado laboral. Hasta el economista Bryan Caplan, de la Universidad de George Mason, quien señala en un artículo que aprender idiomas es un gasto de tiempo, menciona que el inglés es necesario para conseguir buenos trabajos, conocer gente interesante y disfrutar de cultura.

Por ello me gustó leer una entrevista en la que el ministro de Educación, Jaime Saavedra, señaló que nuestros estudiantes deben ser ciudadanos del mundo, y para ello deben hablar inglés. No puedo estar más de acuerdo. Pero si queremos que nuestros estudiantes sean bilingües, tenemos que desarrollar también políticas para que nuestros alumnos no pasen años estudiando inglés para luego no poder comunicarse. Tenemos que motivarlos para que sigan estudiando hasta ser bilingües.

Además del excelente trabajo que ya está haciendo el Minedu con docentes, tenemos que mirar a las organizaciones que están cuestionando el modelo tradicional de la enseñanza de idiomas al ofrecer un servicio distinto y más barato, es decir, una innovación disruptiva. Estas organizaciones pueden ser nuestros aliados y/o nuestra inspiración para definir y ejecutar una política de enseñanza de inglés efectiva. A lo menos pueden ser una herramienta para complementar y dar continuidad a nuestro aprendizaje y el de nuestros alumnos.

Duolingo para ser bilingüe

Podemos aprender mucho de Duolingo, una aplicación gratis para aprender idiomas desde tu smartphone. Es mejor estudiar con un profesor, pero muchos no tenemos el tiempo ni el dinero para asistir a clases presenciales. Duolingo es gratis: se financia a través de las traducciones que hacen sus usuarios mientras practican. Además, esta aplicación incorpora gamification. Es decir, adopta los conceptos que hacen tan adictivos a los videojuegos para motivarte a seguir estudiando. Servicios online como Open English también nos podrían dar pistas sobre cómo diseñar un programa de idiomas extranjeros sostenible y eficiente.

Adicionalmente debemos buscar formas más baratas de certificar el dominio de idiomas. Parte importante de la motivación para estudiar es poder sustentar este aprendizaje frente a un empleador o institución académica. El TOEFL hoy cuesta US$200, y sólo se ofrece en cuatro ciudades de nuestro país. Para los alumnos que no viven en estas ciudades, se suma el costo de hospedaje y transporte. Duolingo ofrece un examen online de inglés monitoreado remotamente por un profesor que sólo cuesta US$20.

Del dicho al hecho… easier said than done

Juan Lizárraga, director comercial de Manpower Group Perú, afirmó en una reciente entrevista que el inglés intermedio ya no es suficiente. Para comunicarse con consumidores y empresas de otros países, los profesionales peruanos tienen que saber inglés avanzado. Estoy segura de que podemos lograr que los niños que hoy empiezan a estudiar inglés no formen parte de la ruma de CV que los reclutadores descartan porque sólo saben inglés intermedio. Pero no va a ser fácil. Debemos preguntarnos:

  • ¿Cómo podemos motivar a nuestros alumnos para que estudien hasta ser bilingües?
  • ¿Cómo podemos abaratar el costo e incrementar las facilidades para continuar estos estudios?
  • ¿Qué podemos aprender y cómo podemos aprovechar las innovaciones disruptivas de la industria?

Al fin y al cabo, ¿cómo logramos que nuestros alumnos recolecten suficientes stickers para ganarse una maleta?

Fuente: Semana Económica

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